Melanie, la niña que bajó de las estrellas

Melanie, la niña que bajó de las estrellas

Por: ALEXANDER VELASQUEZ

Amada y preciosa Melanie:

Muchos dirán que eres la niña que nació en el año de la pandemia. Yo diré que eres la nieta que llegó de las estrellas con el invierno.

¡Por fin estás aquí!  Durante doscientos setenta días estuvimos esperándote con ansiedad. Tu mami empezó con los dolores del parto un lunes y creímos que era el día indicado. Falsa alarma. Todo el tiempo preguntábamos por ti. ¿Sabes? Hiciste bien en retrasar la llegada porque aquellos fueron días de un frío insoportable en la ciudad. ¡Y qué cómoda y calientita debías estar en el vientre de mamá!

Desembarcaste en pleno invierno bogotano pero curiosamente ese día fue espléndido y soleado.  Presagio de que arribabas con tu hermosa sonrisa para imprimir calor al hogar de tus padres y dicha infinita a nuestros corazones. Las que no están para nada contentas son Shaira y Ratona. Se les nota cabizbajas aunque lo saben disimular muy bien. Aquí, entre nos, creo que se sienten desplazadas. A su momento también a ellas se les permitirá conocerte. Esos ladridos y ese ronroneo son ellas inquietas por saber cuándo se les permitirá jugar contigo.

Los médicos te pesaron: 2.880 gramos. Y te midieron: 50 centímetros.

Tu mami nos contó que eres una niña muy juiciosa. Qué comes y duermes la mayor parte del tiempo y que no eres lloretas como otros bebés. Hay que averiguar de quién heredaste tal serenidad, porque dicen que en la nariz te pareces a mí.

Aquel viernes fuimos por ti a la clínica, pasadas las 5:00 de la tarde para llevarte a tu nuevo hogar. Un hogar muy distante de las estrellas, que es donde llegaste –bueno, a decir verdad, es el mismo lugar de dónde todos venimos- aunque ese será nuestro secreto.

Cuando por fin pude contemplarte en personita, de inmediato advertí tu carácter vivaz, despierto y alegre. No me aguanté las ganas y te hice el primer video. Lo posteé en Facebook. La gente que te ha visto en las redes sociales ya habla cosas bonitas de ti. Dicen, por ejemplo, que eres nuestro regalo anticipado de Navidad.  ¡Cómo será cuando te vean de verdad!

La doctora recomendó baños de sol a diario por no más de diez minutos, ya que tienes ictericia. Es una condición normal en los recién nacidos que hace que la piel se vea amarilla por exceso de bilirrubina. Nada grave, mi niña.  Lo mismo pasó con tu tía Sarita, que por cierto está doblemente feliz, primero por tu llegada y luego porque en pocos días recibirá su título de bachiller. Estudiar es parte de la cotidianidad en este planeta, ya te acostumbrarás.

Ahora te voy a contar un cuentico que me parece muy entretenido, aunque estoy seguro que tu tía Kimberly te lo explicaría mejor, porque a ella le gustan estos temas.

Resulta que desde la antigüedad ciertas personas tienen un don especial que les permite conocer el destino de los seres humanos aquí en la Tierra con solo observar la posición y el movimiento de los astros. A esas personas las llaman astrólogos. Yo digo que son como magos.

En la vastedad del Universo, según estos magos, a cada ser humano nos corresponde un signo, de acuerdo con la fecha de nacimiento. En ese caso, tu signo es escorpio, personas con un corazón “lo suficientemente grande para repartir amor entre familia y amigos, siempre con sentimientos sinceros y honestos”. Según la mitología, a tu Constelación Scorpius la rigen dos planetas: Marte y Plutón.

A los pocos días que naciste entrevisté para mi pódcast al astrólogo Mauricio Puerta, el señor que escribe el horóscopo dominical del periódico El Tiempo. En medio del reportaje, le conté que habías nacido el jueves 19 de noviembre, sobre las 11:20 de la mañana. Al revisar  la carta astral, esto me contó de ti:

“Ella es Escorpio ascendente Acuario. Es una mezcla bastante difícil de signos porque Escorpio es un volcán y Acuario es un huracán. O sea, que ni pretendan ponerle reglas. Ella viene con su libreto para arrasar inteligentemente, porque cuando Acuario está en el ascendente, que es la personalidad, ese es el signo de la mente universal. O sea que tienen ustedes a una brujita escorpio con una mente universal que va a ver a los papás… de un bruto”.  

Me divertí mucho escuchando la explicación del astrólogo -espero que tus papás no se enfaden por la parte que les corresponde a ellos- y de pronto me hallé ensimismado viéndote correr a mis brazos en busca de un refugio seguro luego de alguna travesura. En defensa tuya, échale la culpa a los astros.

¿Sabes? La vida de todos los niños transcurre en medio de juegos y pilatunas porque es la manera como exploramos el mundo para familiarizarnos con él. Ser niño es la parte más bonita de la vida. El poeta Jairo Aníbal Niño lo dijo así:

-Niño, ¿qué quieres ser cuando grande?

-Cuando grande, quiero ser niño.

Y así como nos asignan un signo en el zodiaco al nacer, también nos ponen una etiqueta según la época de aterrizaje. Te explico: tus tatarabuelos son de la generación silenciosa (nacieron entre 1928 y 1945); tus bisabuelos, pertenecen a la generación baby boomers (de 1946 a 1964) y tus abuelitos pertenecemos a la generación X (nacimos entre 1965 y 1980). Luego apareció la generación  millenials (1981-1996), a la cual pertenecen tus padres; la generación Z (1997-2010), la de tus tíos Sara y Esteban y, finalmente,  la  generación alfa (es decir,  todas las criaturas que nacieron del año 2010 en adelante, como tú). Bueno, es lo que dice la gente que a veces por falta de oficio se inventa cada cosa.

Te debes estar preguntando por qué todos andan con un pedazo de trapo en la cara. Te lo diré sin rodeos: Hay un virus que apareció en un país llamado China a finales del año anterior. Se esparció tan rápido que llegó a Colombia en marzo de este 2020.

En ese momento, te faltaban ocho meses para nacer.  Tu mamá telefoneó para darme la noticia. Ese día ella lloró y yo también, aunque estaba solo y nadie se dio cuenta de lo emocionado que estaba.

Así que el trapito aquel se llama tapabocas y lo usamos obligatoriamente para que el bicho horroroso no entre al organismo, aunque a veces nos fastidia estar todo el tiempo así. Pero toca, mi niña. Porque miles de personas han muerto por culpa de este virus, al que los científicos llaman SARS-CoV-2;  los demás le decimos simplemente Coronavirus. Produce unos malestares tremendos: fiebre, tos seca, dolor de garganta y cabeza y pérdida del sentido del olfato o del gusto.

Los que se salvan dicen que es algo realmente espantoso. Por esa misma razón, apenas los más cercanos de la familia hemos podido visitarte y siempre tomando otras precauciones, como lavarnos las manos con jabón, porque no queremos que nada malo te pase.  Estamos esperando una vacuna que nos proteja contra el virus. Dicen que en cualquier momento aparecerá ese maravilloso invento que nos pondrá a salvo. Confiamos en que ese milagro ocurra pronto para que puedas ver nuestros rostros completamente.

Mientras tanto, quiero que sepas que somos felices al saber que nos escogiste como tu nueva familia. En gratitud, prometemos llenarte de amor.  De mucho amor, y también de helados, que es otro invento fabuloso que un día conocerás.

¿Sabes? La gratitud, tanto como la generosidad y la compasión por las demás personas, es de las lecciones más importantes en esta existencia terrenal. Grábate esas palabras, mi niña; la vida se encargará de darte las oportunidades de ponerlas en práctica. Porque tales sentimientos, cuando son genuinos, hacen que las personas se sienten dichosas y en paz con consigo mismas.  Ojalá todos los seres lo supieran.

Hay dos personajes muy especiales que me han inspirado con sus actos y sus frases. Joseph Murphy es uno de ellos. Él dice: “Un corazón agradecido estará siempre cerca de las riquezas del Universo”. Y Dogen Zengi, un maestro budista japonés, escribió lo siguiente:

-“Deben admirar de corazón la virtud de sus padres por haberles dado nacimiento”. Qué bonitas palabras, ¿verdad, Melanie? En los libros descubrirás miles de tesoros así.

Olvidaba decirte algo más.  Cuando me despedí de Mauricio Puerta, el señor de los horóscopos, él dijo: “Los niños nacidos este año no vienen con pan sino con computador debajo del brazo”.

De que eres una chica tan pila no tengo la menor duda. Porque mientras te filmaba por primera vez con el teléfono móvil, me sonreíste en señal de aprobación: entonces comprendí que eres esa estrellita que bajó del firmamento para seguir brillando con luz propia en nuestras vidas.

Bogotá, miércoles 25 de noviembre: 6:57 p.m.

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