Episodio 5: El amor en los tiempos de Tinder y Grindr

Episodio 5: El amor en los tiempos de Tinder y Grindr

“Me quiere”, “No me quiere”… Érase una vez, cuando los enamorados se encontraban cara a cara  -en la calle, en una taberna , en la discoteca o  ¿en alguna fiesta-,  para saber si entre ellos surgía la atracción y mariposas revoloteando por sus estómagos. O se mandaban papelitos con amigos, cual celestinos,  a la espera de que Cupido completara la tarea. Esa es la prehistoria del amor, cuando las muchachas deshojaban flores con la esperanza de que el último pétalo resultara ser el correcto: “Sí me quiere”.

En tiempos modernos,  las palabras mágicas son otras: “Me gusta”, “No me gusta”.  El amor puede estar a un clic de  distancia, ya no a la vuelta de la esquina.  El menú son millones de fotografías  y perfiles para que usted elija el hombre o la mujer, tal cual se lo recetó el doctor.  Y a esperar que pase lo que pase…  porque todos quieren saber, como Rocío Jurado en la canción… “Amor, amor… ¿dónde estás amor?”.

MATCH!!!!

Pero  a veces no pasa nada, así usted crea ilusamente que fue “amor a primera vista…  de foto”. Porque este  mundo de las apps está lleno de gente Impresionable pero no  correspondida. Gabo, el escritor,  los llama “amores contrariados” en su novela El amor en los tiempos del cólera. Yo los llamo corazones rotos: listos para recoger con cuchara.

Tales aplicaciones llegaron para alborotar las hormonas de los corazones solitarios, que cada vez se multiplican más, según las estadísticas, o para dar rienda suelta a la imaginación de los infieles.

Amor verdadero, sexo casual, perversiones o propuestas indecentes, sexo por videollamada, compromiso real, amigos con derechos, falsas promesas, citas virtuales que nunca pasan al terreno físico. Amores y desamores. Encuentros y desencuentros. ¡De todo un poquito en este moderno mercado del amor! Usted verá si se arriesga a pescar en ese río revuelto.

Según el Dane, cada vez hay más solteros en Colombia, una población muy apetecida por los creadores de estas apps.Los resultados del  último censo nacional (2018) señalan un aumento de los hogares unipersonales: pasaron del 11.1% en 2005  al 18.5% hoy. Según la entidad, para el caso de Bogotá (donde se contabilizaron 2.514.482 hogares), el porcentaje aumentó al 21.7%; siendo más frecuentes en las mujeres mayores de 50 años y en hombres entre los 25 y los 40, que viven en localidades como La Candelaria, Chapinero, Santa Fe y Teusaquillo. 

La oferta de aplicaciones para  encontrar a su media naranja es amplia. En la lista están Tinder, Happn, Badoo, Facebook Parejas o Grindr, de la que se dice es  pionera, creada por un hombre gay que quería encontrar pares en su vecindario.

Este es el tema central del quinto episodio del podcast  Solos Solas & Soles.

Tres  personajes nos hablan acerca de las relaciones amorosas y sexuales que han experimentado en la era de internet. Además, otra invitada de lujo, la terapeuta de pareja Olga Susana Otero, analiza cada una de las historias y nos brinda sus consejos.

Claudia Antonieta es una nutricionista bogotana. Me cuenta que vive con sus padres,  él de 90 años y ella de 77, y con su hijo Joseph de 3 años. Al papá  del niño lo conoció a través de Happn. Se describe como “una militante del amor universal”.

“Soy poliamorosa desde la adolescencia. El poliamor no es poligamia, no es polisexo”, comenta  Claudia.

Giovanni,  de 46 años, nació en Bogotá y  es economista. Abiertamente gay desde los 25 años, comenzó a usar estas  aplicaciones en el 2003. Conoció a quien hoy es su pareja en Grindr y formaron un hogar  en agosto de 2018.

“Si nosotros como como comunidad LGBTI exigimos igualdad, debemos empezar por no ser excluyentes con nosotros mismos. Grindr es una aplicación básicamente sexual, y no era lo que yo buscaba”, relata Giovanni.

Diana tiene 39 años y una hija de 12. Locutora, publicista y marketera, es también una feliz madre soltera. Durante un tiempo frecuentó aplicaciones como Tinder pero afirma que se aburrió de éstas.

“Aprendi que los hombres no siempre se fijan en la parte física y que las perversiones son impresionantes. Lo más fuerte que hice fue un trío y no fue la mejor experiencia”, confiesa Diana.

Te invito a escuchar este episodio con audifonos. 

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