Por: ALEXANDER VELASQUEZ
El mundo quedó patas arriba tras la aparición de la Covid-2019 y la cuarentena obligó a vivir bajo otras reglas a las 7.700 millones de criaturas (dato de Naciones Unidas) que habitan la Tierra.
Mucha gente se lo ha tomado con humor y en los memes encontró el desahogo, a lo mejor como automedicación para no chiflarse. Los pesimistas comparan el aislamiento social con la “casa por cárcel”. A los optimistas, en cambio, se les ocurre alguna idea genial y la esparcen como virus por internet.
La historiadora Diana Uribe relata en su podcast: “El confinamiento es solo del cuerpo, la mente puede viajar”. A través de su canal en Youtube DianaUribe.fm está realizando una serie sobre crónicas de viaje: las extensas llanuras de Mali, (la tierra roja de África), la Ruta de la Seda, Irlanda y Japón, que los oyentes pueden escuchar también por www.dianauribe.fm
Quienes iban habitualmente a un gimnasio debieron transformar sus viviendas en espacios para ejercitarse. Es el caso del médico Iván Darío Escobar Duque, director del Instituto de Diabetes y Endocrinología de Bogotá: antes se desplazaba en bicicleta de su casa al consultorio, ahora camina por la casa mientras conversa por teléfono con amigos o pacientes. “Todo lo que implique movimiento es bueno para mantener la salud. Se gastan calorías y se evita el sedentarismo. Si tienen escaleras, úsenlas”, me dice a través del chat, y enseguida adjunta los videos que postea como ejemplo de lo que predica.
En este punto, recordé la historia del estadounidense Alan Gross que pasó cinco años en una prisión cubana, de 2009 a 2014, acusado de espionaje. En una celda de tres por dos metros, caminaba diez mil pasos diarios para mantenerse activo, contó luego en libertad. “Decidí fortalecer mis músculos y ejercitarme también me ayudó sicológicamente“, le dijo después en una entrevista para televisión a Mosiés Naim.
“Me aíslo, luego existo”, escribió para el diario Página 12 de Argntina, el profesor Pablo Esteban, de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Encierro, una de las frases que nos recordará que sobrevivimos (¿?) a la peste del 2020. Sin ir muy lejos, también los reporteros trabajan ahora desde sus residencias, contrariando una regla elemental del oficio: la de ir hasta el lugar de los hechos.
El sociólogo Alfredo Molano solía decir que “para hacer periodismo sobre una realidad, hay que conocerla. Ir al lugar, gastar suela de zapatos”. En estos tiempos, ni modo.
Con todo, la imaginación es la mejor arma que tenemos para sobrellevar la vida en aislamiento. Úsela.